viernes, 22 de abril de 2011

Capítulo 3 "El parque"

Amanda tecleaba con soltura absorta frente a su ordenador.
-Mamá se va a enfadaar- tarareaba sarcásticamente una niña tras ella.
Amanda se giró bruscamente y corriendo la silla hacia atras, se levantó.
-Megan, te he dicho mil veces que no entres en mi cuarto- Su tono de voz, progresivamente iba aumentando.


Megan era su hermana 3 años menor. Recien cumplidos los 14, últimamente era más rebelde. Lista aunque a veces un poco retorcida, y conseguía que la relación con su hermana no fuese muy buena.

-¿A qué hora viniste anoche?
-¿Y a ti que te importa?- respondió enfurecida.
-¡Oye!- espetó- ¿Quieres dejar de pasar de todo?
-No me hagas perder la paciencia y haz el favor de salir de- mi- ha-bi-ta-ción.


Cuando Megan se había marchado, Amanda cogió su móvil y marcó un número de teléfono en éste. Como de costumbre, saltó el contestador.
-"Lilly, este es el cuarto mensaje que te mando, ¿dónde coño te metes"? - Y colgó.


Por la mañana, Amanda se estaba empezando a desperezar poco a poco. Eran casi las 12, y otro aburrido día de vacaciones se avecinaba.
Abrió la puerta despacio y se dirigió hacia la habitación de su hermana pequeña.
-Megan- susurró.
Ésta, al oirla, dio media vuelta en la cama.
Amanda la agitó sutilmente.
-¿Qué quieres? - dijo al fin medio dormida.
-Necesito que me hagas un favor.


Aunque no era la hermana perfecta, Megan siempre la ayudaba cuando lo necesitaba, y la sacaba de muchos líos. Amanda jamás supo por qué lo hacía, pero al fin y al cabo, lo hacía, y era de agradecer.
Pronto, salió de casa sin que sus padres la vieran.


Llamó al timbre. Una mujer con el semlante serio abrió..
-Hola, Sra. Dolley- dijo educadamente- ¿Está Lilly?
-¿No está contigo?
Tras unos segundos en silencio absoluto...
-No. Llevo dos días sin saber nada de ella.
La joven pudo ver como el ceño de la madre de su amiga se fruncía.


Horas más tarde, en el parque, Amanda estaba sentada a la sombra de un árbol mordiéndose las uñas : "Mierda, mierda, mierda" se decía a si misma.
Una sombra acechó.
-No deberías comerte las uñas.- dijo un muchacho.
Ella le miró.
-Me llamo Lukas, creo que ya nos habíamos....
-Sí, lo recuerdo- interrumpió.- Yo soy Mandy.
Él sonrió tímidamente.
-¿Puedo sentarme?
-Sí, ¿por que no?
-Sé que no nos conocemos a penas, pero creo que puedo ayudarte.
Ella empezó a prestarle atención.
-Anteayer, cuando te fuiste...tu amiga partió con un hombre.
-¿Cómo sabes que la estoy buscando?...Qué más da, continúa.
-Sí, una chica morena y...-hizo una parada-...con los ojos azules y...con varios pirci...
-Era ella. ¿con quien se ha ido? ¿a donde? su madre ha llamado a la policía.- exclamó alterada.
-Tranquilizate, conozco a aquel tio, no la sucederá nada.
-Pero yo también conozco a mi amiga y a veces está un poco...loca
Él rió
-¿Por qué te ríes?


Aunque Amanda no lo sabía, aquel joven no sonreía muy a menudo; de hecho, hacía mucho que no sa había reído.
-Por nada.
De repente el teléfono de la chica sonó.
-¡Es ella!
Lukas volvió a sonreir.
-¡Lilly!


Mientras hablaba con Lilly, Lukas se quedó observándola con una mirada tierna, diferente a él.
Se sentía muy agusto a su lado. Mandy era guapa, muy guapa. Tenía los ojos verdes y el pelo color avellana.
Y su gesto era serio pero agradable...
Acertadamente pensó que rondaba  los 17 años


Finalmente, la adolescente se volvió a sentar junto a él.
-¿Todo arreglado?- cuestionó en un tono suave
-Más o menos- Y una sonrisa afloró del rostro de Amanda- ¿Vienes a menudo a este parque?
-Sí, bastante. Me relaja.
-A mi también. Es un lugar donde puedo estar sola.
Sus miradas se encontraron.
El claxon de un coche sonó.
-Es mi padre- agregó serio Lukas.- debo irme
-Entiendo, no te preocupes. Hasta otra.
Le vio alejarse hacia su padre, quien, sino se confundía, ¿era Edward Connor?
Se quedó pensando. Era el hijo del jefe de su padre.
Aquello no la entusiasmó, pero sin quererlo aun sostenía esa sonrisa bobalicona en los labios.

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